viernes, 27 de mayo de 2011

El Día de las Letras Gallegas surge hace casi 50 años como homenaje a Rosalía de Castro

Fue el 20 de marzo de 1963 cuando tres miembros de la Real Academia Gallega presentaron en esta institución una propuesta histórica: que se declarase el día 17 de mayo de cada año "Día de las Letras Gallegas" como fecha para "recoger el latido material de la actividad intelectual gallega". Manuel Gómez Román, Xesús Ferro Couselo y Francisco Fernández del Riego, exponían que, con motivo de celebrarse aquel año 1963 el centenario de la publicación de los Cantares Gallegos de Rosalía de Castro, la Academia debería consagrar, con carácter de perdurabilidad, el simbolismo de la fecha en una celebración anual.
Consideraban que el libro rosaliano editado en 1863 "fue la primera obra maestra con la que contó la literatura gallega contemporánea" y que "su aparición le otorgó prestigio universal al habla gallega como instrumento de creación literaria", concluyendo que representa "un hecho decisivo en la historia del renacer cultural de Galicia". Puesto que se ignoraba la fecha de publicación del libro, se propuso el día 17 de mayo por ser ese el día que Rosalía de Castro le dedicó a la también poeta Fernán Caballero.
Francisco Fernández del Riego (miembro del Consejo de Cultura Gallega y del Seminario, numerario de la Real Academia Gallega y autor de numerosas obras literarias) recuerda aquel momento histórico: "Hice un escrito que firmaron conmigo don Manuel Gómez Román y don Xesús Ferro Couselo, y lo sometimos a la aprobación de la Real Academia Gallega. La Academia lo aprobó por unanimidad, y cursó la pretensión a la autoridad competente”. En ese momento fue instituido el día 17 de mayo como fiesta anual de las Letras Gallegas y a partir de entonces se fueron celebrando cada año días de las Letras Gallegas dedicados cada uno de ellos a una figura significativa de las letras gallegas, elegida en Junta Ordinaria por la RAG, tal y como se recoge en sus Estatutos.
El procedimiento dicta que en la primera reunión después del Día de las Letras Gallegas del año en curso, el Plenario de la RAG escogerá al personaje a quién se le dedicará esa conmemoración el próximo año. La figura elegida deberá ser autora de una obra relevante en gallego y persona de calidad cultural y humana que merezca proponerse como ejemplo a la sociedad gallega de hoy. En cualquier caso, deben pasar diez años entre su muerte y la designación para ese día. Las propuestas, razonadas y asignadas por un mínimo de tres académicos, deberán incluirse en la convocatoria del Plenario correspondiente.
Hoy la fiesta de las Letras Gallegas está en un momento en que parece que responde ya a lo que se pretendía: que tenga una significación, un alcance y un eco no únicamente en los ambientes minoritarios,  sino también en los ambientes del pueblo.
Un homenajeado para cada año
Más de 40 años después, celebrados días y días de las letras gallegas, normalizada o en vías de normalizarse la situación cultural de Galicia, es un buen momento para hacer un recuento de los personajes a los que hasta ahora se les dedicó el Día de las Letras Gallegas.
AÑO
HOMENAJEADO
2011
Lois Pereiro
2010
Uxío Novoneira
2009
Ramón Piñeiro López
2008
Xosé María Álvarez Blázquez
2007
María Mariño
2006
Manuel Lugrís
2005
Xesús Lorenzo Varela Vázquez
2004
Xaquín Lorenzo Fernández “Xocas”
2003
Antón Avilés Taramancos
2002
Frei Martín Sarmiento
2001
Eladio Rodríguez González
2000
Manuel Murguía
1999
Roberto Blanco Torres
1998
Martín Codax, Johan de Cangas e Meendinho
1997
Ánxel Fole
1996
Xesús Ferro Couselo
1995
Rafael Dieste
1994
Luis Seoane
1993
Eduardo Blanco-Amor
1992
Fermín Bouza-Brey
1991
Álvaro Cunqueiro Mora
1990
Luis Pimentel
1989
Celso Emilio Ferreiro
1988
Ramón Otero Pedrayo
1987
Francisca Herrero Garrido
1986
Aquilino Iglesia Alvariño
1985
Antón Losada Diéguez
1984
Armando Cotarelo Valledor
1983
Manuel Leiras Pulpeiro
1982
Luis Amado Carballo
1981
Vicente Martínez Risco
1980
Alfonso X “O Sabio”
1979
Manuel Antonio Pérez
1978
Antonio López Ferreiro
1977
Antón Vilar Ponte
1976
Ramón Cabanillas Enríquez
1975
Xoan Manuel Pintos Villar
1974
Xoan Vicente Viqueira Cortón
1973
Manuel Lago González
1972
Valentín Lamas Carvajal
1971
Gonzalo López Abente
1970
Marcial Valladares Núñez
1969
Antonio Noriega Varela
1968
Florentino López Cuevillas
1967
Manuel Curros Enríquez
1966
Francisco Añón Paz
1965
Eduardo Pondal
1964
Castelao
1963
Rosalía de Castro

2011, el año de Lois Pereiro
Lois Pereiro nació en Monforte de Lemos (Lugo) en 1958. Con 17 años se va a Madrid para estudiar Políticas, que abandona para introducirse en la informática y en los idiomas. En Madrid inicia su trayectoria literaria en la revista experimental Loia, junto a un grupo de universitarios gallegos, como Manuel Rivas.
De regreso en Galicia, Pereiro forma parte del Grupo de Amor y Desamor, que editó dos libros con ese mismo título. La iniciativa de este grupo se debe también al mantenimiento de la revista Luzes de Galicia. En Galicia Lois Pereiro compagina profesionalmente el ejercicio de la traducción con la labor poética. A pesar de que publicó poemas y artículos en varias revistas culturales, no fue hasta 1991 cuando aparece la primera de sus dos únicas obras publicadas en vida: Poemas 1981/1991 (1992). Tres años más tarde se edita Poesía última de amor e enfermidade (1995). Los dos poemarios son duras y desnudas obras en las que se hacen patentes las pegadas expresionistas, las referencias a la literatura germánica y a ciertos rasgos de la contracultura. Su enfermedad, el SIDA, marcó su obra contundentemente; pero la causa oficial de su muerte no fue esa, sino una intoxicación por aceite de colza desnaturalizado. Lois Pereiro fallece en A Coruña en 1996. 
Sus obras póstumas son Poemas para unha Loia (1997), Conversa ultramarina (2010), Náufragos do Paraíso (2011), Antoloxía (2011), Modesta proposición e outros ensaios (2011), Obra poética completa (2011), Obra completa (edición bilingüe) (2011).
La Real Academia Galega (RAG) destacó las “colaboraciones” del poeta lucense, “siempre reticente a la difusión individual de su trabajo” y recordó sus contribuciones como letrista a Radio Océano y como redactor de guiones televisivos. La RAG señala también que Pereiro cultivó desde sus inicios “una imagen y una estética” que hicieron de él un “autor de culto”: “cartografió como nadie el laberinto del mundo contemporáneo, conciliando para esto el individualismo escéptico con la tradición demoledora del expresionismo centroeuropeo”. La RAG entiende que su propuesta artística penetró en la sensibilidad emergente sumergida en el posmodernismo y deseosa de encontrarse en un discurso reflexivo”. Reivindicó el “compromiso” de su obra, “la temática y su forma”, además de su carácter “contemporáneo”.