martes, 8 de noviembre de 2011

Encuesta del CIS preelectoral 2011 y espiral del silencio


En el estudio nº 2915, estudio preelectoral a las elecciones generales del 2011 del CIS, se obtuvieron los siguientes resultados:
  1. Al 66,7% de los encuestados le interesa poco o nada la política.
  2. El 45,1% habla rara vez o nunca de política.
  3. El 78,2% califica de mala o muy mala la situación política general de España.
  4. El 89,8% califica de mala o muy mala la situación económica general de España.
  5. El 62,3% califica de mala o muy mala la gestión del gobierno del PSOE en estos últimos cuatro años.
  6. El 62,5% considera que el PP lo habría hecho igual o peor, y el 16,7% no sabe/no contesta.
  7. El 49% considera mala o muy mala la actuación del PP en la oposición, el 7% no sabe/no contesta.
  8. El 16,5% no votará o no lo ha decidido aún en las próximas elecciones.
  9. El 83,6% ya han decidido que votarán o probablemente lo harán en las próximas elecciones. Sin embargo, de éstos, el 31,5% aún no han decidido su voto. En este último subgrupo destacan el 27,3% que duda entre votar al PP o al PSOE y el 39% que no ha contestado a la pregunta.
  10. Si las elecciones se celebrasen mañana, el 30,5% votaría al PP, el 17,9 al PSOE y el 23,6% no sabe/no contesta.
  11. El 25,4% siente más simpatía o considera más cercano a sus propias ideas al PSOE, el 25,2% al PP, el 19,3% a otros partidos, el 22,4% a ninguno y el 7,7% no sabe/no contesta.
  12. El 82,1% cree que ganará las próximas elecciones el PP, el 12,9% no sabe/no contesta.
  13. Al 33,5% le gustaría que ganase las próximas elecciones el PP, al 21,7% el PSOE, el 19,4% no sabe/no contesta.
  14. Al 61,6% le gustaría que después de estas elecciones gobernase un partido distinto al que lo hace en la actualidad, el 19,1% no sabe/no contesta/le es indiferente.
  15. Al 84,9% José Luis Rodríguez Zapatero le inspira poca o ninguna confianza, el 1,7% no sabe/no contesta.
  16. Al 71,7% Mariano Rajoy le inspira poca o ninguna confianza, el 2,5% no sabe/no contesta.
  17. Al 69,3% Alfredo Pérez Rubalcaba le inspira poca o ninguna confianza, el 4,3% no sabe/no contesta.
  18. El 38,8% prefiere que sea presidente Rajoy, el 36,9% Rubalcaba y el 11% no sabe/no contesta/le es indiferente.
  19. En las anteriores elecciones el 41,5% votó al PSOE, el 28,4% al PP, el 14,4% no recuerda/no contesta.
Elisabeth Noelle-Neumann
La espiral del silencio es un mecanismo sociológico estudiado por Elisabeth Noelle-Neumann, que presenta a la opinión pública como un evento socio-psicológico que se basa en el miedo al aislamiento de los individuos en su ámbito social y que los induce a la conformidad. Así, el ser aceptado, apreciado, no aislado, obliga al individuo discrepante a elegir entre dos alternativas: subirse al carro del ganador y aceptar compartir las opiniones que parecen dominantes o callarse y encerrarse en el silencio para salvar su posición social; es decir, los ciudadanos tenemos miedo de dar nuestra opinión cuando somos conscientes de que es la opinión minoritaria por miedo a que nuestro entorno y nuestro circulo de amistades no acepte nuestra opinión y nos aisle. 

Así, de esta encuesta analizada en los párrafos anteriores, podemos deducir que el efecto de la espiral del silencio se está dando en los electores. La opinión dominante en el período previo a las elecciones del 20 N es el apoyo al PP, por lo que los votantes del PSOE sienten que si quieren ser aceptados socialmente deben comunicar su intención de apoyar al PP o simplemente no participar en el debate; es decir, no consideran válida socialmente su opinión. 

Este suceso se vé en el alto porcentaje de encuestados que no saben/no contestan; es decir, prefieren no contestar que discrepar con la opinión dominante: el 16,5% no ha decidido aún si acudirá a las urnas el próximo 20 de noviembre; el 31,5% no ha decidido aún su voto, de los cuales el 27,3% no sabe si votar al PP o al PSOE y el 39% no ha querido contestar a esta pregunta. El 19,4% no sabe quién le gustaría que ganase las elecciones y el 14,4% no recuerda o no contesta a quién votó en las anteriores elecciones. 

Este efecto es visible también en la gran cantidad de respuestas incongruentes, debido a que los discrepantes han intentado sumarse a la opinión mayoritaria. Resulta paradójico que la mayoría de los encuestados votarían al PP si las elecciones se celebrasen mañana o prefieran que gane el PP las elecciones, pero considere que el PP habría actuado políticamente igual o peor que el PSOE y se sientan más simpatizantes o próximos a la ideología del PSOE que del PP, además de que Alfredo Pérez Rubalcaba sea el candidato sobre los que se ha preguntado que inspira más confianza a los encuestados, pero sea Rajoy el preferido para ser presidente del gobierno. 

Esta encuesta ha sido noticia de casi todas las cabeceras de prensa del día 4 de noviembre. En los siguientes enlaces se pueden consultar algunas de ellas:



1 comentario:

  1. Otro punto de vista que me gustaría aportar a este post es la conclusión extraida por muchos sociólogos, que consideran los sondeos y encuestas otro modo de manipulación mediática. Esta encuesta, a pesar de que registra las orientaciones de la opinión pública en el momento de la encuesta (del 6 al 23 de octubre), no tiene ninguna capacidad de previsión, por lo que los escaños conseguidos por cada partido político son un dato sin carácter verídico. Sin embargo, la publicación de estos resultados conlleva a la producción de opiniones, distinguiéndose dos tipos principales de influencia:
    • Sobre el electorado: disponibilidad de acudir a las urnas o a quién votar.
    • Sobre la élite política en competición: qué candidatos elegir y las estrategias del programa de conducción de la campaña.
    En los electores, además, normalmente se dan dos efectos:
    • Efecto bandwagon: aumentar el consenso de quién se señala como ganador.
    • Efecto underdog: favorecer la movilización del electorado que apoya a quién se prevé perdedor.
    Estos dos efectos fueron palpables en las elecciones generales del 2004, cuando los sondeos registraban una pequeña ventaja del PP sobre el PSOE. Estos resultados fueron aprovechados por ambos partidos: el PP se presentó al público como los vencedores, intentando incrementar el consenso sobre su candidatura; y el PSOE intentó motivar a sus electores para acudir a las urnas, dado la conocida inclinación de los electores de izquierdas de ser menos dispuestos a ejercer su derecho a voto, transmitiéndoles la idea de que todavía no estaba todo perdido y de que con la movilización de toda la izquierda conseguirían el gobierno.
    En la encuesta que nos ocupa, preelectoral 2011, el PP se presenta con una victoria mucho más aplastante que entonces, pero también se muestra la gran cantidad de indecisos, el 31,5%, por lo que los anteriores efectos son también posibles en estas elecciones; puesto que ese 31,5% se muestra como los votantes que decidirán las elecciones, intentando así motivarles para que acudan a votar por un lado, y por otro para que se sumen a la opinión dominante.
    Concluyendo, a grandes rasgos parece que las encuestas y su publicación en los medios de masas son otra forma más de manipulación de la opinión pública.

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